Sin preparación no hay reparación.

Una reparación exitosa de llantas comienza mucho antes de aplicar un parche o relleno. El primer paso —y uno de los más importantes— es la correcta preparación de la herida. Esta fase garantiza que los materiales utilizados en la reparación se adhieran adecuadamente y funcionen como se espera. Saltarse esta etapa o realizarla de forma deficiente puede comprometer no solo la reparación, sino también la seguridad del vehículo.

Durante la preparación, es fundamental eliminar todo tipo de contaminantes: restos del objeto que causó el daño, polvo, óxido o humedad. Además, se debe realizar un raspado controlado del área afectada para generar una textura uniforme que facilite la adhesión del parche. Este proceso debe ser ejecutado por técnicos capacitados que cuenten con las herramientas adecuadas y trabajen bajo estándares profesionales. La precisión y el conocimiento técnico del operario en esta etapa son determinantes para el éxito de toda la reparación.

Cuando se utiliza el producto adecuado, como los parches TECH, una preparación bien hecha asegura una unión perfecta entre el parche y la estructura de la llanta. Por eso, confiar en talleres que se toman el tiempo necesario para preparar correctamente cada reparación, marca una gran diferencia en durabilidad y seguridad.

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